¿Qué son las Células?

En realidad las células son un sistema que tiene como objetivo animar y dinamizar la estructura de la parroquia: es un abrirse a la realidad de la Nueva Evangelización. Una forma de hacer corresponsables a la comunidad parroquial de la misión de la Iglesia: EVANGELIZAR.

Las células son pequeños grupos de personas, en constante crecimiento que buscan evangelizar, hacer discípulos y desempeñar su ministerio a través de las relaciones cotidianas (personas cercanas – oikos), por las que rezamos, servimos y compartimos a Cristo.

Estas pequeñas comunidades que forman parte de la parroquia, están llamadas a multiplicarse, tal y como lo hacen las células, y están formadas por unas 10 personas. Si el grupo va creciendo, y este es su objetivo, la célula pasará a multiplicarse y de esta forma, de una nacerá otra.

Las células no pertenecen a ningún movimiento, están al servicio de la parroquia. Es una herramienta discipulado, que tiene el objetivo de formar discípulos misioneros que se integren a la vida y misión de la comunidad parroquial.

Los siete objetivos de este proceso de discipulado (SCPE) son:

  • Crecer en intimidad con el Señor.
  • Crecer en el amor recíproco.
  • Compartir a Jesús con los demás.
  • Desempeñar un servicio en la parroquia.
  • Dar y recibir ayuda.
  • Preparar a los futuros leaderes.
  • Profundizar en la fe.

 

¿Qué se vive en las células?

  • Comunión fraterna (Koinonya)
  • Alabanza y adoración (Liturgia)
  • Formación de discípulos por la Palabra (Enseñanza)
  • Anuncio de Cristo (Martyria)
  • Servicio unos a otros (Diakonia)

 

¿Dónde se reúnen las Células?

A imagen de los primeros cristianos, las células se reúnen, cada semana, preferentemente en una casa. 

LA CÉLULA NO ES…

La Célula realmente es una pequeña comunidad cristiana que tiene la multiplicación del cuerpo de Cristo como objetivo. Y aunque tenga reuniones, no se limita a ellas. La Célula no es un día a la semana, sino una comunidad viva, en acción, donde los miembros se comprometen unos con otros dentro y fuera de las reuniones. Son la base para vivificar, dinamizar y renovar la parroquia. La célula, por ser una miniatura de la Iglesia, no se limita a una o algunas tareas de la Iglesia, sino a cumplir todos los propósitos de Dios, como una comunidad, donde el "ser" siempre viene antes del "hacer".