Según este método, la adoración es la base y el pilar fundamental de la Evangelización. Simplemente porque Jesús fue el primer adorador y su Espíritu es el agente principal de la Evangelización.
Es extremadamente importante que las parroquias que deseen convertirse en misioneras, organicen una capilla de adoración. Dar comienzo a la adoración es la primera iniciativa para una parroquia que quiere emprender la aplicación del método de las Células.
El primer efecto de esta iniciativa es el crecimiento de la caridad fraterna en la parroquia como también el crecimiento del espíritu de comunión. Es necesario ponerlo en el centro y pasar tiempo con el Maestro.
Nuestros tiempos requieren hechos fuertes para dar un nuevo impulso a la fe y la esperanza de los católicos. Empeñar a una comunidad cristiana en la adoración, es un claro mensaje para un párroco que quiera conducir su comunidad sobre los caminos que requieren fe y audacia.
Tal y como afirmó Benedicto XVI, “Sin adoración Eucarística no hay ninguna transformación del mundo”.
LOS TRES PILARES DEL SISTEMA